Vol. 12 Núm. 1 (2021): La Inquisición en foco, dos siglos después de su extinción: víctimas, víctimas y posibilidades de análisis
El 2021 marca el bicentenario del fin de la Inquisición portuguesa, institución que a lo
largo de sus 285 años de funcionamiento, iniciados en 1536, se creyó responsable de velar
por la pureza católica, persiguiendo y enjuiciando a quienes, en algún sentido, amenazaban
a la Iglesia, ya sea en el reino o en sus dominios, extendiéndose más allá de la metrópoli,
entre el sur de América y los confines de Asia. Con el monopolio católico en el mundo
portugués, todos y cada uno de los individuos quedaron sujetos al control inquisitorial.
En Brasil, por ejemplo, el Santo Oficio actuó enviando visitas y creando, con el tiempo,
una red capilar de representantes, como familiares y comisarios. Si los sospechosos del
judaísmo fueron las principales víctimas, otras conductas consideradas desviadas llenaron
también las páginas de confesiones, denuncias y diligencias del Tribunal del Santo Oficio:
bígamos, peticionarios, conductas sexuales desviadas de todo tipo, ofensas y cuestionamientos
de símbolos y dogmas, cristianos, prácticas mágico-religiosas, en fin: una extensa lista de
faltas que, en el límite, ponen a todos (aunque a unos más que a otros) bajo sospecha.
largo de sus 285 años de funcionamiento, iniciados en 1536, se creyó responsable de velar
por la pureza católica, persiguiendo y enjuiciando a quienes, en algún sentido, amenazaban
a la Iglesia, ya sea en el reino o en sus dominios, extendiéndose más allá de la metrópoli,
entre el sur de América y los confines de Asia. Con el monopolio católico en el mundo
portugués, todos y cada uno de los individuos quedaron sujetos al control inquisitorial.
En Brasil, por ejemplo, el Santo Oficio actuó enviando visitas y creando, con el tiempo,
una red capilar de representantes, como familiares y comisarios. Si los sospechosos del
judaísmo fueron las principales víctimas, otras conductas consideradas desviadas llenaron
también las páginas de confesiones, denuncias y diligencias del Tribunal del Santo Oficio:
bígamos, peticionarios, conductas sexuales desviadas de todo tipo, ofensas y cuestionamientos
de símbolos y dogmas, cristianos, prácticas mágico-religiosas, en fin: una extensa lista de
faltas que, en el límite, ponen a todos (aunque a unos más que a otros) bajo sospecha.
Publicado:
2022-05-01